No se entendería el actual proceso de construcción de
la Unión Europea sin tener una idea, siquiera
sea someramente, del recorrido histórico de
los diferentes pueblos que la componen. Porque Europa
no es una construcción ex novo como pudo ser
la articulación de los Estados Unidos de América.
No;
la Unión Europea es la consecuencia de un proceso lento
con siglos de historia detrás. Hitos
muy determinantes y significativos han ido jalonando, a
través de los tiempos, lo que ha de ser una constante
en la concepción de Europa y que gravita en sus
propias raíces, que es el saber y la razón.